
Cada estrofa una voz del rincón del noúmeno del mundo:
caras rotas, desvergonzadas, sombras, daños, perjurias,
salidas, entradas, dos caras juntas: Jano.
Dos antesalas al Hades, una: Heracles; otra: Ares.
Símbolos de tres bocas que cantan al unísono el himno de la tierra.
Ven, perfumada; ven, inconexa, ven, musa… Ven…
*
Los astros no son lo que parecen: son células de un rostro único.
Escondidos en un vacío perenne se posan. Engrandece y titilan,
danzan. Una voz dice: “como el que danza y es muchos mientras se resbala por la música”.
Olas calientes de un mágico fulgor desenfrenado. Flujo que pernocta y Sol que regurgita.
Nihil novum sub sole.
*
Sub Sole.
En silencio.
Un camino: una tierra. Una serie de vivaces voces.
Una serie de columnas de fuego.
Y una serie de mujeres que hablan desde el corazón más enterrado en el núcleo.
Mira hacia el cielo: ver es escuchar. Ve, entonces, mi música.