No soy yo. Lo dice el destino humano:
Cabe el horizonte en la palma de la mano,
se ase de ciertas hebritas que enredan el mundo,
lo penetran,
y es una marioneta,
El Mundo.
Cabe el horizonte en la palma de una mano:
brota agua de los borbollones de la tierra,
inaugura eventos de luz,
resplandece la vida.
Cae el telón.
Todo es una obra sagrada,
un ritual.